LITERATURA

En esta sección contaremos con la participación de aquellos hermanos que deseen ofrecer a María Santísima de las Angustias su oración, poesía, escrito o experiencia para compartir con el resto de cruceros. Para participar, rogamos envíen su documento a comunicacion@vera-cruz.org.

Durante siglos, la devoción crucera se ha heredado, transmitido, vivido, escrito, orado, soñado, cantado, llorado…; pero nunca se ha perdido en el tiempo, nunca se ha desvanecido, pues es incombustible, inagotable, eterna, inmortal. Nuestros Amantísimos Titulares han sido objeto de los más bellos versos y de las palabras más emotivas; todas ellas insuficientes para describir lo que su mera contemplación representa.

He aquí una completa recopilación:

N. H. Doña Josefa Sánchez (1ª mitad s. XX)

Eres estrella de Oriente,
aurora de la mañana,
rosa de la primavera
y azucena delicada

D. Miguel García Posadas (1954)

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

La luna pintó de plata
calles y casas del pueblo;
en el aire se vivía
plástica de sentimientos
de cercanos naranjales
y de aromas en los huertos;
ambiente andaluz de raza
local ambiente crucero,
confusión, algarabía,
rumores, charlas, requiebros.
En la puerta de la iglesia
brotó, de pronto, el silencio;
un silencio que crecía
por las callejas adentro;
silencio total del aire,
silencio total del cuerpo;
mudas restaron las casas,
mudos los árboles fueron,
y hasta las aguas del río
se quedaron en suspenso.
Floración de los ciriales,
Las velas de ciento en ciento,
rompieron la oscuridad
al paso del Cristo muerto,
Cristo de la Vera-Cruz,
orgullo de alcalareños;
mis ojos pasar te vieron…
Alto el cadáver divino,
en alto de amores tenso;
hombres niños y mujeres
crispan sus manos el fuego
de la votiva candela,
ofrenda viva del alma
que saber orar en silencio.

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?
¿Qué dulce encanto transmiten
con sus divinos destellos?

Procesión de madrugada,
Amor de limpios conceptos;
el llanto acudió a los ojos
y en el corazón despierto
de encontradas emociones,
un ardiente florilegio.

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

Porque después yo te he visto
cruzar las calles muy quedo;
sólo un rumor de pisadas
alteraban el silencio;
me pareció verte andar
como una mujer del pueblo
siendo Tú Reina de las reinas
y la Reina de los cielos.
Y no vi el llanto en tus ojos,
Tu rostro estaba… contento;
alegría del dolor
que el amor guarda en su pecho
- Amigo ¿tú no recuerdas
cuando la estábamos viendo?
Por la Laguna pasaba
la procesión en silencio…
¡La Virgen de las Angustias!...
Angustia de no ser bueno,
angustia de ir en pecado
mirando tus ojos negros.
Quizás lo callen sus labios,
quizás lo guarde en su pecho
como preciada reliquia,
como se guarda un secreto,
pero, ay, Madre de mi alma,
Reina y Señora del Cielo,
si lo calla no es vergüenza,
quizás un remordimiento,
porque el que mira tus ojos
es para siempre crucero.

¡Ay Virgen de las Angustias!
¿Qué tienen tus ojos negros?

Así le cantó el Padre Luna a la Virgen de las Angustias desde el púlpito, una vez terminada otra mágica y prodigiosa procesión de madrugada. Silencio. Exclamaciones, suspiros, piropos. Explosión de luz:

Te hizo tan bella Angustias,

la no creada hermosura,

y de tanta galanura

y finezas te colmó,

que viendo que no tenía

lo que a ti te había dado

a tu seno inmaculado

a buscarlo descendió.

 

Antonio Osuna, miembro que fue de la Banda de Cornetas de la Policía Armada:

 

Por eso parque florido,

faro de luz hechicera,

espejo de las virtudes

novia de la primavera,

quiero cantarte en silencio

mi plegaria más sincera,

nacida del corazón

ante tu propia grandeza,

y aquí en Alcalá del Río,

donde en las horas serenas

la luna posa sus rayos

batiendo a la noche negra,

aquí dejaré mi alma

para siempre prisionera.

¡Ay, Virgen de las Angustias!

se mi guía y mi bandera.

Joselito Lérida y Vargas, ejemplar cofrade y singular personaje sevillano, fue un enamorado de la hermosa imagen mariana de esta Cofradía de la Vera-Cruz. Al verla en la portada del ABC del 9 de Octubre de 1971, la víspera de su Coronación, escribió estas cuartetas:

De la Vera-Cruz su tesoro,

Madre de Dios peregrina

para tus sienes divinas,

una corona de oro.

[...]

Angustias con tu hermosura,

y el lucero de Alcalá,

el Viernes de madrugá

eres la rosa más pura.

Francisco Delgado Ballesteros compuso, en la década de los cincuenta, este bello poema dedicado, musa incomparable, a la Virgen de las Angustias:

Eres ninfa cristalina

de manantial inagotable,

eres Virgen peregrina,

de belleza inigualable.

Eres excelsa Señora,

reina de gran poderío

y orgullo de quien te adora,

aquí en Alcalá del Río.

Eres tú Virgen de Angustias

lo mejor del mundo entero,

la que vino a consagrar

y dejar en perecedero

el nombre de la Hermandad

que brilla como un lucero.

Eres en fin, Virgen santa,

el tono de mi dulzura,

la máxima gracia innata

y un conjunto de hermosura.

La inspiración más perfecta

que soñar pudo el pintor,

que cantar pudo el poeta

y que esculpir el escultor.

La hermana Magdalena Díaz, a los 89 años de edad, firmó esta cuarteta escogida que pone de manifiesto esa riqueza de tonos:

¡Emperatriz, encanto mío!

el centro de mis amores,

en tu protección confío

lenitivo de mis dolores.

La hermana Mª del Carmen de los Santos Bravo concibe en el año 1996 esta hermosa y atinada composición de sugerente título, Angustias o lo inefable soñado, con motivo del XXV Aniversario de la Coronación de la Virgen de las Angustias.

Angustias sonó tu nombre

en la noche solitaria

y se iluminó mi mente

y se apaciguó mi alma.

Que no se busque en la historia

el hacedor de tu cara

que Angustias bajó del cielo

en una noche estrellada.

¿Qué pincel puede pintar

el hoyuelo de su cara

el rosa de sus mejillas

el brillo de su mirada,

el púrpura de su boca,

su limpia frente callada?

Que no se busque en la historia

cuando ocurrió su llegada,

que si estuvo en un convento

que si vino de otra casa...

Que Angustias bajó del cielo

en una noche estrellada

para gloria de los cruceros

y de quien la mira a la cara.

Que no sucumba el poeta

al ver que no encuentra palabras

que describan la belleza

y el amor que hay en su cara.

Que Angustias no se describe,

se siente dentro del alma,

y no existen los vocablos

para experiencia tan cara.

Que no se busque en la historia

si fue o no coronada,

que no se pierda la guía

que ofrece con su mirada.

Que Angustias bajó del cielo,

que no necesita nada

que es la Señora y Madre

y Reina de Coronadas.

Cinco años más tarde aparece en las páginas del boletín de esta Hermandad, este otro canto. Se debe a la hermana Ana Mercedes Fernández Romero: Envidia.

Hay quien de envidiar tu nombre,

no lo pronuncia siquiera,

sin más razón ni motivo

que Angustias a gloria suena.

Hay quien de envidiar tu cara,

no te la mira siquiera,

sin más razón ni motivo,

que su insólita belleza.

Hay quien de envidiar tus manos,

no te las besa siquiera,

sin más razón ni motivo,

que sus caricias desean.

Hay quien de envidiar tu talle,

no te lo abraza siquiera,

sin más razón ni motivo,

que tu figura altanera.

Hay quien de envidiar tu palio,

no lo contempla siquiera,

sin más razón ni motivo,

que el señorío que lleva.

Hay quien de envidiar tu piel,

no te la halaga siquiera,

sin más razón ni motivo,

que tienes tez de azucena.

Envidia te tiene el aire,

envidia te tiene el Sol,

envidia te tiene el mundo

y casi hasta el mismo Dios.

Te persigue esta desdicha,

carita de angustias llevas,

y aunque vivas con tu pena

envidia te tendrá siempre,

hasta la imagen más bella.

Fruto del simbolismo mágico del hermano Manuel Padilla García:

Serenidad de querube.

Qué voz atesora entre sus labios,

qué divino ensalmo la sonora,

qué mariposa camufla su hontanar

de sueño arcano;

qué anhelo de ternura se le asoma

sosegada, dulce y leve

por su mano.

Qué diamante en su pecho aflora

por la llaga que el puñal dejara,

qué rosa no engendró la primavera

que en mayo florece arracimada

qué aurora no apunta entre sonrojos

serenidad serena de querube por su cara.

Otro canto a la Virgen, del mismo autor, en 2011:

Envuelta en luz purísima de aurora,
Gabriel, como elegida, te visita;
tu voz es, sin porfía, en esa cita
testimonio de fe abrumadora.
Fúlgida luz de magia cegadora
da a tus ojos destellos de otro cielo;
y en tu rostro posa el ángel su dedo
anunciando en el azul de la hora:
“Virgen de las Angustias, Mediadora,
por ventura de Gracia proclamada,
dulce Madre del reino que enamoras,
es tu belleza fuente surtidora
para la Vida que en tu esencia mana;
sagrario de su Sangre Redentora”

D. Rafael de Gabriel García (2006)

Mira si sabe la Virgen
nuestros caminos andados,
que aunque olvidemos a Dios
Ella nos tiende las manos,
porque al pronunciar Su Nombre
poniendo Amor en los labios
nos viene la Salvación
y el Cielo vamos ganando,
que cuando se dice Angustias
en la Gloria se va entrando…
.

Otro soberbio acróstico, obra del hermano José Antonio Martín Fresco. Un suspiro añejo. Su bendito nombre:

Angustias, tu dulce nombre:

Nobleza de signos,

Gráciles fonemas.

Un suspiro sonoro y

Sílabas sinuosas.

Tono y palpitar de almas que

Invocan y elevan

Acentos seculares

Sobre el verde de esta Vega.