EXTRAORDINARIO PREGÓN DEL L ANIVERSARIO.

El pasado lunes, 11 de octubre, a las 20:30 horas, tuvo lugar el PREGÓN EXTRAORDINARIO del L ANIVERSARIO DE LA CORONACIÓN, a cargo de Ntro. Hno. D. José Eduardo Romero Fernández.

“Todo se concentra en Ella, todo nos lleva hasta Ella, todo comienza y termina en Ella. Ella sola se basta para mostrar su realeza. Ella es la más fiel y luminosa representación de la Madre de Dios.

Hay pocas cosas perfectas en el mundo, no muchas y, sin duda, una de ellas es la Virgen de las Angustias…”

En la Parroquia de la Asunción de Alcalá del Río, nuestro Hermano José Eduardo nos regaló un pregón solemne y de gran rigor histórico. Un discurso que permanecerá en la memoria de todos. Presentado por Ntro. Hno. D. José Ignacio Zambrano Carranza, Exaltador del XXV Aniversario de la Coronación, contamos con el acompañamiento musical de la Banda del Maestro Tejera, que interpretó marchas del repertorio musical de nuestra Hermandad, concretamente, “Cristo de Vera-Cruz”, de Manuel Borrego, “Angustias de los Cruceros Coronada”, de Juan José Puntas, “La Virgen de las Angustias”, de David Hurtado y el “Himno de la Hermandad”, obra de Ntro. Hno. Juan Manuel Velázquez. El templo parroquial se encontraba abarrotado de cruceros que querían acompañar a nuestro Hermano en la preciosa tarea de pregonar estos 50 años de historia. De hecho, se habilitó una pantalla en el salón de actos de la Casa de la Cultura para poder seguir la retransmisión, dada la alta asistencia de Hermanos. Agradecemos al Excmo. Ayuntamiento de Alcalá del Río la cesión de estas instalaciones.

“Para vivir la vida hay que mirar hacia adelante, para entenderla hay que mirar hacia atrás”, escribió Kierkegaard. Una mirada retrospectiva desde 1971, nos otorga la autoridad moral necesaria para sentirnos muy satisfechos y tremendamente orgullosos del trayecto recorrido, habiéndose ganado a pulso nuestra muy querida Hermandad, con hechos ciertos y demostrados, que la Virgen de las Angustias siga estando coronada cincuenta años después.”

Podríamos resaltar diferentes virtudes del pregonero valorando su persona humilde y su noble corazón, además de su admirable saber estar en todos los ámbitos de su vida. Cabe exaltar, además, su incansable trabajo para estar Hermandad, como así demuestran sus años al frente de la Junta de Oficiales como Hermano Mayor y todos los logros alcanzados para nuestra corporación gracias a sus gestiones ejemplares. Reseñando la semblanza en la que sus compañeros oficiales definían su personalidad: “Persona, cofrade y amigo de incalculable valor; de elegantes maneras, siempre la palabra justa; instruido en el uso de los silencios”. Pero el valor de la humildad de quien ha pregonado el 50 Aniversario, marcado a fuego, nos hace ser prudentes en elogios a su persona. De hecho, su discurso habló por sí solo de sus raíces, de la personalidad del crucero, del amor a nuestros Titulares y al prójimo y de los cincuenta años de la Coronación de la Señora.

“La devoción lo primero

no conoce de realeza;

Tú brillas eternamente

sobre la faz de la tierra.

 

Cuando bajaste del cielo,

tu majestad manifiesta,

con corona y sin corona

Amor es lo que despiertas.

 

Real, por derecho propio;

por Señora y Reina nuestra.”

El pregón de “Joselito”, como así se le conoce en el seno de nuestra Hermandad, estaba repleto de referencias literarias que le daban a este discurso una categoría cultural sublime. Su dicción, elocuencia y quietud cautivaban la atención de todos aquellos que lo escuchábamos, aprendiendo de cada estrofa, de cada verso, pues el conocimiento de las más de cinco centurias de historia de esta Hermandad es loable en nuestro Hermano José Eduardo.

“Para los cruceros, la Cruz no es sólo un símbolo de martirio y sufrimiento, es por encima de todo un signo de triunfo y de gloria, una señal inequívoca de grandeza. Nuestro escudo, presidido por las tres cruces, nos envía un mensaje subliminal, pero contundente. Entrelazadas en su parte inferior envuelven su contorno ascendiendo por la cartela que sirve de soporte a todo el conjunto. Las ramas de palma y laurel, lejos de ser un mero elemento decorativo, vienen a proclamar una auténtica declaración de intenciones, simbolizan al sacrificio y a la victoria y, para nosotros, el expreso mandato de que a través del esfuerzo, con la ayuda de Dios, alcanzaremos todas las metas que nos propongamos.

Ser crucero es quitarle importancia a los favores que hacemos. Es pedir disculpas y aceptarlas de buen grado. Es escuchar, hablar lo justo de uno mismo. Es callarse antes de molestar, dispensar a los demás el trato que nos gustaría recibir. La Vera-Cruz es no señalar y no herir. Es respeto. Es no exigir más de lo que estamos dispuestos a ofrecer. Es ser fuerte con el fuerte y débil con el débil.

Ser de la Vera-Cruz es no ensombrecer a los demás con nuestras penas, sino dejar que la alegría de los demás iluminen las nuestras. La Vera-Cruz es perdonar, ponderando los talentos de cada uno. Es aprender a vivir con las contradicciones internas y aceptar que la duda es el reverso de la inteligencia. Es compasión con el que sufre y empatía con el que celebra. La Vera Cruz es dar sin esperar nada a cambio.

Abrazar la Vera-Cruz es hacer lo que se debe y no lo que se quiere. Es discreción: “que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha”. Es rechazar el gobierno de las emociones y la gestualidad exagerada. Es evitar la exhibición del dolor tanto como la ostentación de las alegrías. Es tener sentido del deber y aceptar la dificultad como reto. La Vera-Cruz es perseverar hasta la excelencia…”

Cabe resaltar en su profundo mensaje el sentido religioso con el que describía a Dios, a María Santísima y al papel de esta Hermandad como espejo de la Iglesia de hoy.

“Una Protestación de Fe permanente, un ejemplo de amor y fidelidad que conmueve y edifica. “El Amor no es un sentimiento, es un compromiso”, escribió Benedicto XVI en su Encíclica Deus Cáritas Est.”

 

Por supuesto, entre cada verso dedicado a nuestros Titulares, despertaba un cálido aplauso entre los presentes, pues la emoción era indescriptible:

“Y en su frente de azucena

Corona de Oración nace;

Siendo Alcalá todo un credo

De adoración inefable.

Y quisiera…

En la ardiente alegría

De mi fervoroso anhelo

Llenar mi copa de Amor

Y hacer un brindis al cielo:

¡Dios te Salve, reina y Madre…!

¡Angustias de los Cruceros!”

 

Manifestamos nuestro reconocimiento, gratitud y sincero afecto a nuestro Hermano Joselito en nombre de todos los cruceros por hacer, a través de su precioso pregón, más solemne aún si cabe, el cincuentenario de la Coronación de nuestra Madre de las Angustias.

“Delante de Ti se remansa el tiempo, sin detenerse, con la seguridad que dimana de la inmutable verdad que está esculpida en tu rostro.

En tu presencia, Madre, el cielo es una rosa que puede ser la última, la realidad se transfigura en una flor que se ve por primera y última vez, porque no dura más. Asistimos a un dulce y lento fluir del instante...

Tenemos la certeza de que toda la realidad, todo se resume en Ti, Madre Mía. Resbalan los ojos y sabemos que tu influjo, tu majestuosidad, tu elegancia, tu hermosura... perdurarán; y sabemos también que en Ti, Virgen de las Angustias, viven todos los días hasta el fin de los tiempos.

Amén.”

 

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FOTO ESTAMPA RECORDATORIA: Ntro. Hno. Fernando Velasco Márquez.